miércoles, 8 de octubre de 2008

La simpleza es una virtud


Versión comentada: MSX (Hal Laboratory, 1985)

¿Cómo?... ¿Que Johny Denmark es malo?... He escuchado por ahí que muchos leen a Tony Brazil... allá ustedes... pero hoy me tomé mi porción de avena Quaker y estoy hecho una seda.

Haciendo referencia al título de este post, no queda más que demostrar cuán cierto es. ¿Puede exisitir un juego de gráficos simples, argumento sencillo y que al mismo tiempo sea un producto de excelencia?... Si, siempre y cuando Hal Laboratory esté en el medio.

Esta empresa Japonesa se especializó en la norma MSX (como era de esperarse). Sus juegos se caracterizaron por ser sencillos pero terriblemente adictivos, y éste es el caso de Eggerland Mystery.
La temática del juego es sencillísima: manejamos a nuestro obeso protagonista a través de un sinfín de niveles con un el unico objetivo posible, encontrar la salida. Para ello, nos tendremos que valer de nuestro ingenio e ir haciendo uso de los distintos elementos que encontremos. Estos elementos se ven traducidos en cargas energéticas (algunas de éstas nos permitirán disparar), bloques movibles, flechas con sentido de dirección (sólo se puede pasar en la que apunten) y ciertas cosillas más. Si bien en los primeros niveles la cosa resulta bastante sencilla, en los más avanzados habrá que exprimir bastante el cerebro para llegar a buen fin. Esto se complica aún más si al comienzo del juego seleccionamos “Type B”... el juego es el mismo pero se añade el factor tiempo, el cual a llegar a cero nos hará perder una vida.

Primer nivel.

Nivel 36... ya se torna complicadito.

Los enemigos tienen la particularidad de ser inmóviles hasta el momento en que tomamos la última carga, allí cobran vida y nos acosarán por todo el laberinto... para este momento, lo ideal es haber pensado la forma de salir del nivel sin que los enemigos nos maten. Los bloques cumplen una función primordial ya que con ellos podremos obstruir el paso de estos bicharracos.

En los niveles avanzados hay que exprimir el cerebro.


Cada una cierta cantidad de niveles tendremos una pantalla de bonus y tras esta obtendremos el código correspondiente a la próxima. Esto es muy de agradecer para no tener que recomenzar el juego desde cero, ya que el mismo no dispone de opción de salvado.

Un detalle que le añade mucha originalidad al juego es la posibilidad de construír nuestros propios niveles, así el juego tiene mucha más vida util.

En resumen... ¿Se le puede pedir algo más a un juego 100% adictivo?...

Calificación clásica:

Gráficos: 7
Sonido: 8
Movimientos: 8
Dificultad: 7
Jugabilidad: 8
Adicción: 9

Media: 7.83

Calificación vernácula: 4 Jazzy Mel de 5.



No hay comentarios: